Intento fallido al cordel de La Coscolleta

BTT
Zaragoza-Plaza-Centrovía-La Coscolleta (por la paridera de Guallar)-Plaza-Zaragoza. 



Equipo:  
Daniel, CarlosFustero y yo (3). 


Domingo, 26 de abril de 2015. 

Son las nueve en punto de la mañana y en la puerta de Grancasa me encuentro sólo frente a un nutrido grupo de JJ (Jóvenes Jubilados) con mochila a la espalda preparados con paraguas y bastones telescópicos dispuestos para emprender la marcha dominical sin aparentar el más mínimo temor al incesante chispeo de la lluvia ni a las amenazantes nubes grises que se ciernen sobre nuestras cabezas. Sobre las nueve y cuatro minutos, viendo la poca asistencia de compañeros, se me ocurre lanzar un mensaje por el móvil, avisando de la hora de salida, que enseguida tiene respuesta: "¡Yo estoy fuera de  Zaragoza!", es Félixprobablemente desconoce la situación meteorológica que se está dando a éste lado.    

El segundo en llegar es Daniel y no trae puesto el chubasquero, decisión que me hace pensar que pronto se despejarán las nubes y tendremos una mañana de espléndido sol, como otras veces ha ocurrido. A continuación tuerce la esquina Carlos Fustero, otro más que ha decidido no ponerse el chubasquero, bueno, ahora ya me queda claro que no va a llover, seguro. Son ya las nueve y siete minutos cuando iniciamos la marcha en dirección a La Muela.   

Camino de Miralbueno
Al paso por la zona comercial de Plaza, el chispeo de la lluvia se intensifica un poco más y Carlos pide parar a cobijo de unos de los puentes que cruza la carretera A-2, aprovechando para enfundarse el chubasquero. Mientras tanto, Daniel decide volverse excusándose en que no ha traído chubasquero.

Bajo mínimos reanudamos la marcha siguiendo el carril de servicio que nos llevará hasta enlazar con la carretera local de la antigua base americana y que luego seguiremos hasta coger el desvió del campo de golf de La Peñaza. La pista de tierra que sube hasta el polígono de Centrovía se encuentra algo blanda, aunque las ruedas de la bicicleta a penas cogen barro. Mientras tanto, Carlos y yo vamos maquinando, con cierta euforia, que una vez alcanzado el bulevar de La Muela enviaremos fotos del lugar para que los compañeros puedan ver lo que se han perdido por no salir .

Monte Lobaco, al fondo sobre el horizonte
Al llegar a las primeras edificaciones del polígono de Centrovía, y después de atravesar el paso del barranco, esta vez sorprendentemente seco, giramos a la derecha para coger el camino que nos llevará hasta conectar con el desvío de subida al bulevar de La Muela por la cuesta de la Casa. Desde nuestra posición vemos como los montes de La Muela se difuminan a lo lejos por efecto de la fina lluvia que sigue cayendo. Al paso por la paridera de Guallar, tras una inapreciable bajada, la configuración del camino cambia dando paso a un terreno más blando y pegajoso

Con la esperanza de que una vez pasado este primer tramo de barro encontraremos de nuevo un firme más compacto, nos vamos adentrando en busca del próximo desvío; pero las ruedas se empiezan a bloquean de tal manera que cada pocos metros tenemos que parar a quitar el barro. Como el camino no mejora y la situación comienza a ser agónica, decidimos darnos media vuelta y volver por donde habíamos venido. De vuelta seguimos constantemente quitando barro de las ruedas y buscando las partes más herbosas del camino para evitarlo en lo posible. Por fin alcanzo la parte alta del camino donde consigo que las ruedas vuelvan a girar liberándolas del barro. Espero a que llegue Carlos y juntos emprendemos la retirada a Centrovía.


De vuelta del primer intento por el lodazal, antes de la averia
Aun no habíamos hechado a rodar fuera de aquel infierno de barro, cuando Carlos me grita desde atrás: eeeeh..., haciendo que me gire a mirar temiendo que ahora llevara alguna rueda pinchada, quedándome de piedra al ver que se había dado la vuelta camino del lodazal. Algo muy importante se le ha perdido, pienso yo, para tener que volverse. Me doy la vuelta y le sigo hasta donde comienza la zona de barro, y me detengo. Sin entender que está pasando me quedo atónito mirando como mi compñero desaparece entre la cortlna de humedad que provoca la fina lluvia.

Al cabo de un rato consigo ver la silueta de mi compañero como se va acercando poco a poco, parándose de vez en cuando para limpiar el barro de las ruedas. Observo como monta en la bicicleta y seguido vuelve a bajarse entreteniéndose más rato de lo normal. Reanuda la marcha de nuevo, pero esta vez viene con la la bicicleta de la mano. Ni los más oscuros presagios me hubieran hecho pensar que acababa de romper la patilla del cambio trasero de la bicicleta.   

Con ese carácter de tipo afable que le caracteriza, hace que se lo tome a bien sin pronunciar una palabra de contrariedad. Después de intercambiar alguna que otra broma y de reírnos de nuestra mala suerte, pronto empezamos a concienciarnos de que la avería iba a trastocar seriamente los planes que teníamos previstos para la mañana, y todo por culpa de un maldito guardabarros.     

Conclusión:
No vemos la importancia que tiene salir en grupo hasta que no ocurre una avería de estas características. Seguro que entre todos hay alguno que lleva la solución guardada en algún rincón de su mochila. Aunque estas situaciones se dan rara vez (romper la patilla), tiene que servirnos para aprender a no fiarnos de lo que los demás puedan hacer por nosotros, sino, qué puedo hacer yo por mí y, a la vez, por los demás.

Carlos le vino su familia a rescatar a la gasolinera de Centrovía, y yo volví a casa no sin antes pasar por otra gasolinera para limpiar el barro de mi bicicleta pensando ya en la siguiente ruta.

Enlace a wikiloc para visualizar y descargar ruta
http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=9243966

+ Fotos:
La Coscolleta 26-04-2015

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